jueves, 18 de octubre de 2012

Aristòteles



ARISTÒTELES


Aristóteles nació en 384 a. C. en la ciudad de Estagira (razón por la cual se lo apodó el Estagirita),6 no lejos del actual Monte Athos, en la península Calcídica, entonces perteneciente al Reino de Macedonia (actual Macedonia). Su padre, Nicómaco, fue médico del rey Amintas III de Macedonia,7 hecho que explica su relación con la corte real de Macedonia, que tendría una importante influencia en su vida.
En 367 a. C., cuando Aristóteles tenía 17 años, su padre murió y su tutor Proxeno de Atarneo lo envió a Atenas, por entonces un importante centro intelectual del mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón. Allí permaneció por veinte años.
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde vivió por aproximadamente tres años bajo la protección de su amigo y antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era gobernador de la ciudad.
Cuando Hermias fue asesinado, Aristóteles viajó a la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos, donde permaneció por dos años. Allí continuó con sus investigaciones junto a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose en zoología y biología marina.Además se casó con Pythias, la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del mismo nombre.


Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación espontánea, el principio de no contradicción, las nociones de categoría, sustancia, acto, potencia, etc. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte del sentido común de muchas personas.

Pese a ser discípulo de Platón, Aristóteles se distanció de las posiciones idealistas, para elaborar un pensamiento de carácter naturalista y realista. Frente a la separación radical entre el mundo sensible y el mundo inteligible planteada por las doctrinas platónicas, defendió la posibilidad de aprehender la realidad a partir de la experiencia. Así pues, en contra de las tesis de su maestro, consideró que las ideas o conceptos universales no deben separarse de las cosas, sino que estaban inmersos ellas, como forma específica a la materia. 

Para explicar el cambio se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero no sabemos por qué. Esto lo conocemos mediante las razones o causas del cambio, que Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o teleológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, ya que está convencido de que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.

Alma y conocimiento

Todos los seres vivos se presentan a Aristóteles como poseedores de alma (psyché), con lo cual se distinguen de los seres inanimados o inorgánicos. Distingue tres clases de alma: vegetativa (propia de las plantas, pero presente también en los animales y en el hombre), sensitiva (propia de los animales y del hombre), racional (exclusiva del hombre). Ésta tiene tres características: es causa del movimiento del cuerpo, conoce y es incorpórea.
Con respecto al conocimiento, Aristóteles no admite las doctrinas de Platón, ni tampoco el innatismo. La mente al nacer es "tamquam tabula rasa", en la que nada hay escrito. El conocimiento comienza en los sentidos, como nos demuestra la experiencia. Las captaciones de los sentidos son aprehendidas por el intelecto, generándose así el concepto. De esta forma llegamos al conocimiento suprasensible.

Ética
La ética de Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad. Para algunos, la felicidad consiste en los placeres; para otros, en las riquezas; pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que le es propia al hombre, es decir, en la vida intelectiva. Ello no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los demás bienes, con tal de que no impida la contemplación de la verdad. Sobre esta base desarrolla Aristóteles el concepto de virtud. La virtud consiste en el justo medio. Lo que quiere dar a entender es que el actuar del hombre debe estar regido por la prudencia o regla recta. Hay dos modalidades de virtud: las dianoéticas (que se refieren al ejercicio de la inteligencia) y las éticas (que se refieren a la sensibilidad y los afectos). Todas las virtudes son hábitos que se adquieren por medio de la repetición. La virtud por excelencia es la justicia, la cual consiste en el acatamiento de las leyes y en el respeto a los demás ciudadanos.

Política

Para Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).

Su influencia

Durante mucho tiempo, el pensamiento aristotélico se vio eclipsado por el prestigio de las doctrinas de Platón. En época de la Roma cristianizada, el naturalismo y el realismo de Aristóteles eran despreciados y se privilegiaban las lecturas neoplatónicas de Plotino y Beocio. Debido al espiritualismo que caracterizó al pensamiento medieval, las doctrinas de Platón gozaron de preeminencia hasta el siglo XII.
Los filósofos árabes -y, particularmente, Avicena y Averroes- contribuyeron a que el pensamiento aristotélico fuese de nuevo objeto de atención en Occidente. El creciente interés por la naturaleza mostrado por el pensamiento cristiano en la Baja Edad Media hizo posible que la obra de Aristóteles fuese estudiada. Roger Bacon y Alberto Magno reivindicaron el pensamiento de este filósofo, y santo Tomás de Aquino lo transformó en la base de la teología cristiana.


 Hilemorfismo
Es la teoría filosófica ideada por Aristóteles y seguida por la mayoría de los escolásticos, según la cual todo cuerpo se halla constituido por dos principios esenciales, que son la materia y la forma. La materia prima o primera aristotélica es aquello que carece de forma. Como cualquier objeto material tiene una forma, la materia prima es el sustrato básico de toda la realidad. En el mundo material, la materia no puede darse sin forma y la forma no puede darse sin materia.




POTENCIA

Aristóteles define el movimiento, lo dinámico como la realización (acto) de una capacidad o posibilidad de ser (potencia) en tanto que se está actualizando. Si estoy sentado (acto) y tengo la posibilidad (potencia) de estar de pie, el movimiento consistirá en el paso de la posibilidad (potencia de estar de pie) al hecho de estar de pie (acto) mientras dura el proceso. El movimiento acaba cuando ya estoy de pie (acto).
Mediante este esquema conceptual de potencia y acto, explica Aristóteles la posibilidad del cambio o movimiento.

SUSTANCIA
Substancia o sustancia: El ser independiente del cual se predican los atributos.

Substancias Primeras
Las sustancias primeras son los sujetos individuales, sujetos compuestos de materia y forma.
Sócrates, Platón, esta mesa, aquella silla, mi perro, la planta que decora el salón, Dios..., son sustancias porque son entidades individuales, entidades dotadas de existencia independiente; y son sustancias primeras porque en ellas descansan las otras determinaciones genéricas que les pueden sobrevenir (como ser hombres, sillas, perros, plantas...).
Substancias Segundas
Los géneros y las especies.
Cuando preguntamos "¿qué es esto?" queremos saber la naturaleza de algo, queremos que se nos aclare qué tipo de sustancia es. Podemos decir que eso por lo que preguntamos es el libro concreto que me acabo de comprar ―y respondemos en tal caso indicando una sustancia primera― pero también podemos responder indicando que es un libro, y con ello nos referimos a la sustancia segunda. La noción de "sustancia segunda" se utiliza para designar las naturalezas de las cosas entendidas como especies y géneros. En el caso de Sócrates, Sócrates mismo es una substancia primera y su ser hombre es una substancia segunda.

Causa
Factor o principio del que depende una cosa
La noción aristotélica de causa es más amplia que la actual; nosotros entendemos por causa sólo lo que Aristóteles llamaba causa eficiente y causa final. Para este filósofo causa es todo principio del ser, aquello de lo que de algún modo depende la existencia de un ente; o de otro modo: todo factor al que nos tenemos que referir para explicar un proceso cualquiera.
Para entender cualquier ente debemos fijarnos en cuatro aspectos fundamentales (cuatro causas)
la causa material o aquello de lo que está hecho algo;
la causa formal o aquello que un objeto es;
la causa eficiente o aquello que ha producido ese algo;
y la causa final o aquello para lo que existe ese algo, a lo cual tiende o puede llegar a ser.

La metafísica
"Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber". Con estas palabras se inicia el libro primero de la Metafísica de Aristóteles. Ese deseo de saber culmina en la adquisición de la sabiduría que consiste, para Aristóteles, en el conocimiento de las causas y los principios del ser. Y ese conocimiento es el objeto de la metafísica, de la ciencia de las primeras causas y principios del ser, el conocimiento del ser "en cuanto ser", el conocimiento de la causa última de la naturaleza y de la realidad

ANTROPOLOGÌA ARISTOTÈLICA

Aristóteles va a aplicar su teoría hilemórfica a la concepción del hombre, intentando recuperar la unidad que Platón rompió al considerar nuestro ser como compuesto de dos substancias distintas dificilmente reconciliables. Sin embargo, esto no implica que Aristóteles prescinda por completo de una visión dualista sobre el hombre. En el Tratado del Alma llega el filósofo a una concepción unitaria que considera al alma como la forma del cuerpo, indisolublemente ligada a él.

Aristóteles explica el fenómeno de la vida con los mismos conceptos que utilizó en su física y en su metafísica (forma, acto y fin) en una concepción que se ha denominado posteriormente organicismo.
Cuando hablamos del alma humana, y del alma en el resto de los seres vivos, nos referimos con ello a las múltiples acciones, operaciones y funciones que realizan estos seres: sentir, nutrirse, pensar...
Estas actividades no pueden, desde luego, realizarse sin el cuerpo, porque precisamente no son más que su propia operatividad y funcionalidad.

Alma Intelectiva
Parte más elevada del alma humana.

Esta parte del alma humana no se encuentra ni en los vegetales ni en los animales y gracias a ella el hombre posee las actividades vitales propias de la voluntad o apetito superior y del intelecto o entendimiento.

Alma Sensitiva

Presente en los animales y los hombres, el alma sensitiva permite el conocimiento inferior o sensible (la percepción), el apetito inferior (los deseos y apetitos que tienen que ver con el cuerpo como el deseo sexual o las ganas de comer) y el movimiento local.

Alma Vegetativa
Presente en las plantas, los animales y los hombres, permite las actividades vitales más básicas como la reproducción, el crecimiento y la nutrición.
                                       
CONOCIMIENTO

Intelecto activo:
A  las imágenes de la fantasía el intelecto activo las despoja de todo rasgo particular captando la idea universal que ellas tienen en potencia. Justamente por estar en acto de conocer es que el intelecto agente puede actualizar dicha potencia.
Intelecto pasivo:
 Mientras la facultad sensible capta los aspectos sensibles de las cosas, el intelecto pasivo tiene la capacidad de captar los aspectos inteligibles que imprime en él el intelecto activo.



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